La innovación vuela en el zoo de San Antonio

Al conducir por el extenso Parque Brackenridge, de 349 acres, situado justo al norte del centro de San Antonio, los visitantes se encuentran en un escenario idílico de extensas praderas, senderos serpenteantes, familias haciendo picnic bajo robles maduros, jardines de té japonés, edificios de piedra centenarios y patos deslizándose por aguas tranquilas. Cuando la carretera serpentea por el extremo norte de la propiedad, el tráfico se detiene para dejar que un tren en miniatura cruce la carretera antes de adentrarse en el extenso paisaje del parque urbano.

Aquí le espera el zoo de San Antonio. Al llegar, una imponente puerta de entrada -añadida en diciembre de 2023- da la bienvenida a los visitantes y constituye una de las últimas y más visibles mejoras de estas instalaciones de 111 años de antigüedad. La puerta de entrada anterior, añadida en la década de 1950, fue reemplazada por una que establece un mejor tono para el comienzo de la experiencia del huésped, además de una serie de beneficios que mejoran la accesibilidad, la inclusión y la experiencia general del visitante que el Zoológico de San Antonio se enorgullece de compartir con Funworld.

Un legado de innovación

Mientras que los hábitats de los zoológicos, acuarios y museos son cada vez más interactivos, el zoo de San Antonio remonta sus primeros hábitats sin jaulas a 1929, el primer caso en que los visitantes de un zoo de Estados Unidos vieron animales fuera de sus jaulas. Muchos de los hábitats del zoo están conectados por un sistema de fosos que permite ver a los animales sin barrotes ni jaulas, en su hábitat, lo más visible posible para los visitantes. "Tuvimos la suerte de estar construidos en una antigua cantera de roca, así que tenemos toda esta hermosa piedra caliza para crear estos hábitats, más naturales como en la naturaleza", dice la vicepresidenta de marketing, ventas y comunicación, Hope Roth. Los hábitats del zoo también se han diseñado pensando en la conservación y la educación.

En octubre de 2024, el zoo inauguró su nueva Sabana Naylor, el hogar ampliado de las jirafas, cebras, avestruces, sitatunga y otras especies de la fauna africana en un hábitat naturalista y extenso que permite a los animales deambular libremente mientras los visitantes pueden disfrutar de encuentros cercanos y oportunidades interactivas. La Sabana Naylor duplica el espacio del hábitat anterior e incluye un nuevo y moderno establo para jirafas que permite al zoo participar en el Programa de Cría de Jirafas del Plan de Supervivencia de Especies (SSP) de la Asociación de Zoos y Acuarios (AZA). El nuevo establo de jirafas incluye habitaciones individuales para las jirafas, una gran sala familiar y un espacio de encuentro VIP para los visitantes.

Un componente clave de la Sabana Naylor es el Spekboom Lodge, una suite de lujo que ofrece a los visitantes la oportunidad de pasar la noche en el zoo, cerca de los animales. El Spekboom Lodge se inauguró en noviembre de 2024 y tiene capacidad para cuatro personas. Incluye un dormitorio principal con cama de matrimonio, una sala de estar con dos camas individuales, un patio exterior y una pequeña cocina. La estancia en el lodge incluye acceso exclusivo al zoo hasta dos horas después del cierre y una hora antes de la apertura, así como acceso gratuito a interacciones y encuentros con animales del zoo. Siempre con la conservación en mente, el zoo dona una parte de los ingresos del lodge a la Giraffe Conservation Foundation (GCF), la única organización mundial dedicada a garantizar la supervivencia de las jirafas.

Arraigado en la educación y la conservación

A pesar de todas las mejoras, actualizaciones e innovaciones, el zoo es consciente de la importancia de mantener constantes sus rasgos distintivos. Los visitantes encontrarán jardines botánicos, grandes árboles de sombra y estructuras históricas por todo el recinto, muchas de ellas construidas en piedra. Una de estas estructuras es el telón de fondo no oficial de la nueva plaza de entrada: la histórica casa de los monos del zoo. La ornamentada estructura de piedra con tejado de tejas españolas data de mediados de la década de 1930 y fue incluida en el Registro Nacional de Lugares Históricos en 2024.

El zoo de San Antonio es más que una atracción: cumple una misión educativa. En primera línea se encuentra la Will Smith Zoo School, el centro preescolar basado en la naturaleza más grande del país. Con 240 alumnos de más de 60 códigos postales, este innovador programa sumerge a los niños en el aprendizaje al aire libre el 70% del tiempo, independientemente de las condiciones meteorológicas. A diferencia de una excursión típica, estos niños están in situ a diario, desarrollando una profunda conexión con la naturaleza y la conservación. Las becas de ayuda a la matrícula garantizan la accesibilidad, y la misión de la escuela es clara: inspirar a la próxima generación de conservacionistas mediante una educación inigualable.

El compromiso del zoo con la conservación va mucho más allá de sus puertas. La recaudación de cada entrada se destina directamente a proyectos de conservación de la vida salvaje en seis continentes, desde salvar lagartos cornudos de Texas hasta proteger rinocerontes, jaguares y jirafas. El zoo también desempeña un papel fundamental en la rehabilitación de animales rescatados y en peligro de extinción, colaborando estrechamente con el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU. para atender a los animales confiscados en el comercio ilegal de mascotas. Algunas especies prácticamente extinguidas en estado salvaje tienen aquí su hogar, donde el personal cría y hace crecer la población para devolverla a su hábitat natural.

En San Antonio, donde el reptil estatal, el lagarto cornudo de Texas, ha estado en peligro, el zoo dirige esfuerzos de conservación centrados en la restauración del hábitat, la cría y la reintroducción en la naturaleza, restaurando las poblaciones en cooperación con los terratenientes locales. "Hemos hecho cinco reintroducciones en la naturaleza", dice Roth.

Ya se ha anunciado que a finales de 2025 se abrirá el que será uno de los mayores hábitats de gorilas del país: Congo Falls. Tras 30 años de ausencia de gorilas en el zoo de San Antonio, el hábitat se abrirá con una tropa de solteros formada por cuatro espaldas plateadas que vivirán juntas y un grupo familiar formado por un espalda plateada y tres hembras que forman parte del SSP. "Es muy emocionante porque es algo inaudito y dice mucho del hábitat que se ha creado", afirma Roth.

Otra de las características anunciadas de esta nueva exposición es una torre de más de 18 metros que los gorilas podrán escalar a la vista de los visitantes, a modo de gimnasio en la jungla. Roth explica a Funworld que la torre con los gorilas trepadores será visible para los automovilistas que circulen por la autopista fuera del zoo, mientras que los visitantes del interior disfrutarán de vistas de 360 grados a nivel del suelo, a través de una pasarela con una red en el aire que permitirá a los visitantes caminar por encima del hábitat, y desde The Ralston, un centro de eventos con capacidad para 500 visitantes que tendrá vistas a las nuevas cataratas del Congo y a la sabana Naylor, junto con vistas despejadas del horizonte de San Antonio. El centro de eventos Ralston ha sido posible gracias a una donación de 10 millones de dólares de la Fundación de la Familia Ralston, la mayor donación de una sola persona al zoo.

Creatividad e ingresos

Mientras que el zoo cuenta con una atracción ferroviaria en miniatura de tres kilómetros de longitud que se encuentra fuera del perímetro del zoo y serpentea por el parque Brackenridge, en su interior funciona un carrusel de tamaño natural con una colección de figuras de animales únicas de Chance Rides. La instalación también posee y gestiona la histórica atracción Kiddie Park, que es otra seña de identidad de la zona desde 1925. En 2019, el zoo adquirió la docena de atracciones antiguas del parque de atracciones y las trasladó a un lugar cercano a la puerta principal del zoo. Cuando el antiguo propietario de Kiddie Park se planteó cerrar, el zoo vio en ello una oportunidad para preservar el parque infantil más antiguo de Estados Unidos y aprovechar otra oferta viable para el complejo más grande, que cada vez busca más diversificar su oferta.